¿La educación universitaria en Argentina es realmente gratuita? ¿La pagamos entre todos? Estas preguntas son el punto de partida de un debate recurrente en la opinión pública, especialmente en un contexto de crisis económica y ajustes presupuestarios.

La educación superior gratuita en Argentina está consagrada en la legislación nacional. La Ley de Educación Nacional 26.206, en su artículo 2, establece que la educación es "un bien público y un derecho personal y social garantizado por el Estado". Además, el artículo 4 especifica que la educación en niveles obligatorios y en universidades nacionales debe ser gratuita, inclusiva y de calidad.

Este derecho también tiene un fuerte respaldo en tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), incorporados a la Constitución Nacional, los cuales reconocen a la educación como un derecho humano fundamental.

El 22 de noviembre de 1949, el entonces presidente Juan Domingo Perón firmó el Decreto 29.337, que abolía los aranceles universitarios. Esta medida permitió el acceso masivo a la educación superior y democratizó la formación profesional en el país.

"La gratuidad de la educación no es un favor que nos hace un gobernante. Es una obligación del Estado", sostuvo Emilio "Búho" Cornaglia, abogado y docente universitario, en diálogo con Velocidad Argentina. 

Universidad pública y su impacto social

Según datos del Ministerio de Educación, el 80% de los estudiantes universitarios del país asisten a universidades públicas. Además, un informe del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) indica que el 45% de los alumnos provienen de hogares de bajos ingresos.

Esto refuta la idea de que la universidad pública solo beneficia a las clases medias y altas. "Los números demuestran que el 45% de los estudiantes de universidad pública en Argentina son personas que vienen de estratos sociales bajos y que el INDEC calificaría como personas pobres", afirmó Cornaglia.

En los últimos años, sectores políticos plantearon la posibilidad de eliminar la gratuidad universitaria bajo el argumento de que "nada es gratis" y que el costo del sistema recae sobre los contribuyentes. También sostienen que Argentina atraviesa un fuerte déficit fiscal y que la educación superior debería ser financiada por quienes la usan.

Sin embargo, el docente universitario cuestionó: “Si introdujeran este concepto de que no es gratis porque alguien lo tiene que pagar, entonces, ¿deberíamos pagar un peaje en cada esquina para usar la calle?”

"La educación es una herramienta que permite igualar y, en el caso de la educación gratuita, es una herramienta que permite a cualquier persona, en cualquier condición social, poder acceder a la educación como un derecho que está y debe estar garantizado por el Estado", indicó el especialista. 

Emilio "Búho" Cornaglia, y la gratuidad en la Educación Publica Universitaria