El actor y director Boy Olmi participó de El Equilibrista, donde conversó sobre sus proyectos actuales, desde la obra La Heladería, que protagoniza en el Paseo La Plaza de la Avenida Corrientes, hasta su colaboración con la reconocida etóloga Jane Goodall en un registro audiovisual inédito.

La conversación inició con “La Heladería”, una obra que fusiona el teatro y la memoria familiar de Ana Scannapieco, actriz y descendiente de los fundadores de la Heladería Scannapieco, que tiene tres sucursales en CABA, explicó Olmi. "Uno está meses trabajando en una obra y el espectador viene a ver algo que ese día es único y se evapora en el acto de realizarlo. Al día siguiente se repetirá la fórmula, la receta, pero va a ser otra. Es la misma receta que se repite, pero el plato que le vas a la mesa desaparece al consumir”.

El actor compartió su entusiasmo por trabajar junto a Pablo Fusco, Ana y su marido y director de la obra, Lisandro Penelas, y destacó la estructura de la obra, que juega con los límites de la ficción. "No solamente hacemos de estos personajes italianos heladeros, sino que hacemos de unos actores que tratan de hacer una obra de teatro sobre ese tema. Y eso nos permite actuar que actuamos”, comentó.

Otro de los proyectos en los que está trabajando Olmi es una colaboración con la icónica primatóloga británica Jane Goodall. "Es una personalidad mundial de 90 años que lidera las causas más grandes de protección de la vida de la Tierra", afirmó Olmi. Su relación con Goodall se remonta a hace más 10 años, cuando la dirigió en la Patagonia junto al científico Roger Payne para un documental. "Soy uno de sus embajadores en Sudamérica y en Argentina".

En su última visita a Buenos Aires, Olmi organizó un encuentro especial en la casa del músico Lito Vitale, donde Goodall dialogó con reconocidos artistas como Hilda Lizarazu, León Gieco, Kevin Johansen y Benito Cerati. "Fue un experimento: Jane hablaba sobre su vida y los músicos improvisaban sonidos para recrear esos momentos. Si mencionaba su infancia en la preguerra, el sonido evocaba un jardín inglés; si hablaba de su llegada a África, la selva cobraba vida con la música", relató el actor.

“Con todos ellos nos entregamos a un experimento que fue que ella nos hablara, durante distintos bloques, lo que suelen ser maravillosas charlas de comunicación y reflexión. Y a partir de que ella hablaba, cada uno de esos músicos dejaba de lado el personaje conocido que sostiene con su con su propio ego, con su propia personalidad profesional, para ser como un niño y canalizaba la sonoridad de lo que estábamos hablando”, compartió. 

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“Hay relación en la gastronomía y el teatro por la evaporación en consumir algo que lleva horas”